32 También Barzillay de Galaad había bajado de Roguelim y había
pasado el Jordán con el rey para despedirle en el Jordán.
33 Barzillay era muy anciano; tenía ochenta años. Había
proporcionado alimentos al rey durante su estancia en Majanáyim, porque
era un hombre muy rico.
34 Dijo el rey a Barzillay: «Sigue conmigo y yo te mantendré junto a
mí en Jerusalén.»
35 Pero Barzillay dijo al rey: «¿Cuántos podrán ser los años de mi
vida para que suba con el rey a Jerusalén?
36 Ochenta años tengo. ¿Puedo hoy distinguir entre lo bueno y lo
malo? Tu siervo no llega ya a saborear lo que come o bebe, ni alcanzo ya a
oír la voz de los cantores y cantoras. ¿Por qué tu siervo ha de seguir siendo
una carga para el rey mi señor?